El pensamiento estratégico depende en gran medida de la capacidad del directivo de percibir, analizar y pensar profundamente en un objetivo puntual con visión a largo plazo. La importancia del pensamiento estratégico se refiere a si los recursos que se comprometen en alguna decisión representan una porción representativa de los recursos totales. Lleva a analizar las implicaciones a largo plazo de la decisión por los resultados que se decide. Entonces ¿En qué momento deberíamos juzgar si una decisión es buena o no?
El momento oportuno para juzgarlas es siempre A PRIORI. A posteriori generalmente hay subjetividad, racionalizaciones y pretextos estériles.
Pensamos que el tema es difícil porque en los negocios y en otros campos hay una posibilidad: Un resultado espectacular con una mala decisión, el juego de la ruleta suele suceder en los negocios, hay personas que tienen éxito a pesar de errores notorios, hay empresas que marchan “bien” pese a su director, quizá a mediano plazo.
Cabe una aclaración, no se beneficia al fracaso justificando que el resultado no es importante, el resultado es importante pero por incierto no es garantizable 100%. Por excelentes que hayan sido nuestros resultados hasta la fecha lo que en verdad nos debe interesar son los resultados que procedan de nuestras decisiones futuras.
Nos debe interesar el resultado que es el efecto pero lo que más nos debe interesar es “Cómo lograrlo” es decir su causa. Un vicio del directivo centrado excesivamente en los resultados es el buscar “culpables” cuando algo no ha salido bien, actitud con la que no ganará sino aumentar sus problemas. Si te centras solo en los resultados no aprendes a correr riesgos.
Hay una enorme diferencia entre decidir “sobre” (la alternativa decidida se considera en un mero nivel racional) y decidirse “a” (en donde la voluntad involucra a la persona entera). Es decir, no es lo mismo ser terapeuta matrimonial a “casarte”. Entonces la toma de decisiones nos debe comprometer en los dos niveles, racional y emocional, en ambos ámbitos detectar oportunidades, plantearnos objetivos y correr riesgos para alcanzarlos. Si no ves al futuro con el prisma completo podrás estar tratando de resolver todo sin lograr nada.
El pensamiento estratégico requiere desarrollar la capacidad intelectual de superar las condiciones presentes y pensar en el potencial del negocio, sus condiciones, su contexto. Una línea estratégica formulada con claridad orienta la implantación de acciones específicas, el objetivo es ordenar la realidad en tiempo y costo.
El proceso de pensamiento estratégico debe contener:
1.- Planteamiento.
2.- Implementación: Definir indicadores de evaluación. Cuanto menor sea el diferencial entre lo planificado y lo ejecutado mayor será el éxito del proceso estratégico.
3.- Comunicación : Si todas las personas involucradas en el proceso no conocen y valoran los beneficios y puntos diferenciadores del plan y su implementación, difícilmente ser logrará permear en la cultura de la empresa. “El no comunicar no existe”
“…entiendo que todos estamos en completo acuerdo sobre esta decisión …entonces propongo que pospongamos la discusión de este asunto hasta nuestra próxima reunión para darnos tiempo para crear desacuerdo y tal vez entender mejor de que se trata realmente esta decisión” Alfred P. Sloan Director General de General Motors a principios de siglo
El pensar de forma estratégica nos ayuda a confrontar las ideas de negocio ante la escasez de recursos que por norma general cuenta la organización. Es entonces una capacidad de creatividad, creatividad enfocada para buscar patrones abiertos y flexibles que se vale de la intuición y análisis de la realidad para la toma de decisiones respecto al futuro posible. En éste sentido el director debe ser capaz de generar un sentido de urgencia en su equipo de modo que sean capaces de actuar hoy siempre con sentido futuro. La eterna discusión entre el valor de aprender del pasado contra el análisis del futuro.
Silvia Ahumada (@silvia_ahumada)
Profesora de Management y Entrepreneurship
Nota: Para aprender de una forma práctica y rápida como desarrollar éstos conceptos, le invitamos a que consulte el Master Europeo en Administración y Dirección de Empresas EMBA.
Fuentes:
Notas del Autor
M Ochoa
* Los contenidos publicados en este post son responsabilidad exclusiva del Autor.
alma gutierrez
comento el día 01 de marzo a las 12:32 am (#)
Hola Silvia.
Hablas que la toma de decisiones es en 2 niveles racional y emocional. Crees que en el ambito empresarial exista mucha diferencia en como toman decisiones los hombres y las mujeres?
Silvia Ahumada
comento el día 01 de marzo a las 11:05 am (#)
Hola Alma:
Yo creo que no es una cuestión de género sino de capacidad, es decir, el directivo sea hombre o mujer debe conocer a las personas que dirige y ejercer su liderazgo desarrollando los dos ámbitos. Por ejemplo los varones están más orientados a la acción, a dar órdenes y a que sus colaboradores sigan sus indicaciones esperando castigo o recompensa. La competitividad, la dureza, el control de las situaciones son comportamientos buscados y admirados. Por lo tanto deberá poner atención en la parte emocional que compromete la decisión.
En el otro caso las mujeres no requieren tanto de una autoridad formal para dirigir. Su gestión de mando se centra en alcanzar poco a poco el reconocimiento de todos los miembros mediante su participación activa. Se valoran entre otras cosas el saber escuchar, tener apertura y decidir en equipo. El análisis racional de las alternativas de decisión debe ser más profundo.
La persona (varón o mujer) debe buscar el equilibrio, esa es la virtud.
Saludos cordiales
alma gutierrez
comento el día 01 de marzo a las 10:58 pm (#)
Muchas gracias, saludos.
Alejandra Torres
comento el día 01 de marzo a las 5:15 am (#)
Creo que la comucicación es la base para cualquier tipo de relación y el no llevarla a cabo es parte de una mala práctica en la empresa.
carlos morales
comento el día 06 de marzo a las 12:51 pm (#)
muy interesante
gracias